Sin duda la nostalgia de las fechas decembrinas y el año que
finaliza hacen que en algún momento, pongamos en perspectiva nuestra vida y
nuestros logros. Volviendo la vista atrás para echar una mirada de aquello que
fue nuestro 2014 y bien, podamos regocijarnos con el cálido sentimiento de
pensar “lo he hecho bien” o quizás con el amargo sabor de “me faltó hacer esto…”
Sin desestimar de ninguna manera los logros, sino, ensalzándolos
debemos pensar en “esas” cosas que se quedaron pendientes en el 2014. Nuestros
logros son la base, cimientos que con firmeza deben sostener los nuevos
proyectos por hacer o los viejos proyectos pendientes.
Sí, la nostalgia del fin de año nos hace poner todo en
perspectiva y volver la vista atrás, pero éste sentimiento difícilmente llega
solo; junto con él, viene las ansias frescas con deseos renovados que auguran
el nuevo comienzo. El 1ro de enero, es un día como cualquier otro. No, no lo
es.
El primero de enero nunca es un día como cualquier otro. Es
el día que marca un parte aguas, es la más clara oportunidad y momento de hacer
mejor las cosas, de empezar de nuevo o simplemente de empezar eso que no has
concretado. El año nuevo es un el lienzo en blanco, y los proyectos son las
acuarelas para pintarlo. Aprovecha este año desde el inicio sin quedarte
estancado, recuerda que otra vez, cuando lleguemos de nuevo a diciembre y
volvamos la vista atrás, lo que queremos ver son logros y éxitos.
Feliz año 2015.
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